La mía la he perdido, poco a poco, a veces en mayor o menor medida, pero la vida ha cobrado alto los precios de cruzar ciertos caminos. Quedaba poco, quedaba malvestida, maltratada, moribunda, y ya ha sido extinguida.
No pude evitarlo, sólo contemple la extinción de su llama, quizás fui yo misma quién la mando a desaparecer. Los bloqueos son una forma genial de vida, de seguridad, de "sanación" pero ¡a qué precio! En la cárcel y en ayunas, finalmente las fieras la tomaron. Aún no sé que sentí viendo el espectáculo pasar, pero cuando llegue a mi la marea, sé que fácilmente podré ahogarme, sólo espero terminar esto rápido, salvarme o ya haberme perdido del todo, y que no haya diferencia cuando me alcance.
Mientras tanto, he robado algunas almas, ¿para llenar el vacío? no, simplemente para vestirme con ellas y olvidar, para asegurarme de que la antigua no regresará, pues ya no hay espacio para otra.
La acción es dejar que todo arda, el fuego purifica y de las cenizas renace el fénix siempre...
Despúes, ¿qué alma tomaré? ¿quién seré luego de? ¿cuánto poder deseo? ya habrá tiempo de pensarlo, es hora de que todo lo abrace el fuego, que todo se queme y se reduzca a polvo.
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