miércoles, 31 de octubre de 2007

Observando

Pensar que hay épocas de cambio es obsoleto. Cambiamos día a día, el mundo orbita centímetro a centímetro aunque la relatividad del tiempo nos engañe.
Nos hacemos más viejos a cada minuto, más lúcidos, más gordos, más inteligentes, más duros, más agotados. Más vivos o más muertos.
A donde queremos ir, hacia allá nos embarcamos rumbo a la gloria. ¿En dónde terminamos?
Observar es inevitable para mí. Lo importante además es no juzgar, sólo ver, percibir. Puedes apreciar el mínimo tic tac de la vida, el cómo una persona termina siendo otra. Y te preguntas ¿llegó al puerto a dónde se digiría? Usualmente la respuesta es no. La más certera es que cada uno llega al puerto a donde debía desembarcar. Al lugar que necesitaba conocer en sí mismo.
Es conocido por todos el refrán de que lo importante no es llegar sino el viaje que se hace, "Life is a Journey not a Destination". Seamos turistas del viaje que emprendemos cada día.
Pero repito, observemos. No seamos turistas del viaje de otros, observemos. A través de la contemplación, podemos ver lo que eran nuestras vidas reflejado ahora en otras personas, nuestros viejos errores cometidos por otros pero con nuevas soluciones, no mejores, no peores. De la observación podemos diferenciar quien posee claridad de sí mismo y quien está perdido en altamar, haciendo viajes entre identidades ajenas, hasta llegar a descubrir la propia. Sutilmente, se nos muestra todo, o casi todo. Basta observar.

"Mira las cosas desde el punto de vista de las cosas y descubrirás su verdadera naturaleza; mia las cosas desde tu propio punto de vista y verás sólo tu propio punto de vista y tus propios sentimientos, pues la naturaleza es neutra y clara, mientras que los sentimientos tienen prejuicios y son oscuros"
(Shao Ying)
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