sábado, 22 de julio de 2006

Mirada Vampírica: sed

S E D

Es el indicio de lo que somos, la suave línea roja que se dibuja entre ayer y hoy.

Exponernos nunca ha sido un fin, ni siquiera una necesidad. Egocentrismo, básicamente. Astucia, en los mejores casos.

Viviendo a puerta cerrada, como hemos acostumbrado, la capa que nos ponen en las películas no es un añadido, ocultábamos y ocultamos. La complejidad de esta naturaleza es la sed.

Ansiedad sorda, momento de hacer elecciones pero bajo la peor condición, la del deseo que tritura, urgente, impostergable. Caminar entre las venas de la ciudad, sintiendo los latidos de la necesidad y del ahogo.

La sed no es totalmente ajena, es más animal y básica. Creces entre ambiciones y lucha de poderes, asesinatos, tragedias, humanidad. ¿Qué más da? Bebe, sálvalos y sálvate.

Es posible simplificar los dilemas, en búsqueda de ¿adaptación? ¿supervivencia? Satisfacción.

En poco tiempo, se hace abrumadora tu condición y consecuencias. Es parte de lo humano que aún no muere y que depende de ti dejar vivir por más tiempo. Las anclas están rotas. Aceptalo.

Y cada mañana, noche, en cada muerte, en cada sorbo, la espiral tortuosa del deseo cae en el indescriptible poder de posesión y pertenencia, la sed y la sangre.

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